INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y DERECHO A LA SALUD DE LAS PERSONAS TRABAJADORAS: VENTAJAS, OPORTUNIDADES Y PUNTOS CRÍTICOS
Pertenece a Tipo de artículoI. Planteamiento. II. La contribución de la automatización a la reducción de lesiones y enfermedades profesionales. III. El lado oscuro: nuevos riesgos para la salud laboral asociados a la innovación inteligente. IV. La afectación de la salud mental de las personas trabajadoras. 1. “Tecnoestrés” y “riesgos psicosociales”. 2. Dificultades de diagnóstico de las enfermedades neuronales. V. La fatiga tecnológica como enfermedad laboral recurrente. El “derecho a la desconexión digital” como mero placebo. VI. Amenazas para la salud en el teletrabajo. El trabajo digital en remoto como particular contexto de exposición. VII. El acoso cibernético: depresión y ansiedad como “enfermedades del trabajo”. 1. Multiplicidad de manifestaciones. 2. Evolución normativa: luces y sombras. VIII. La discriminación algorítmica por enfermedad de la persona trabajadora. IX. Los datos de salud laboral como información “especialmente sensible”. 1.“Hiperdatificación” en los centros de trabajo. 2. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales como presupuesto habilitante para el tratamiento de datos de salud de la persona trabajadora. 3. Garantías de los reconocimientos médicos. Alcance de la vigilancia de la salud como obligación empresarial. 4. Datos biométricos en los contextos productivos. X. La ineludible perspectiva de género en salud laboral. 1. Diferencias biológicas y sociales entre mujeres y hombres: prevalencia de enfermedades. 2. La escasa atención por el ordenamiento preventivo. 3. La brecha digital como factor añadido de diferenciación. Perjuicios para la salud de las mujeres ocupadas en oficios alejados de la técnica. XI. Conclusiones. XII. Bibliografía.
Cierto es que el trabajo con inteligencia artificial favorece a las personas trabajadoras en materia de salud laboral, pues contribuye a liberar de actividades pesadas y peligrosas, así como de aquellos quehaceres repetitivos, sucios o inseguros, sin olvidar tampoco su capacidad para desarrollar nuevos mecanismos e instrumentos destinados a prevenir las dolencias, a proteger frente al daño o a mejorar el bienestar en el desarrollo diario de la actividad profesional. No menos verdad resulta que, asociados a las tecnologías inteligentes, aparecen nuevos riesgos físicos, mecánicos y psicosociales, pues el ritmo de trabajo viene marcado por un instrumento, el algoritmo, que no acusa la fatiga, al tiempo que permite un tratamiento masivo de datos médicos capaz de crear perfiles discriminatorios.